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La función olvidada en las apps bancarias: educar y acompañar a los usuarios en su salud financiera

  • Foto del escritor: Juan Carlos Garavito
    Juan Carlos Garavito
  • 25 sept
  • 2 Min. de lectura

Hace poco conversaba con alguien cercano que me decía con frustración: “el dinero no me alcanza, no sé en qué se va”. Esa sensación de perder el control de las finanzas personales no es aislada. Es un fenómeno colectivo que genera ansiedad, deuda y un círculo vicioso difícil de romper.


Lo irónico es que hoy tenemos en el bolsillo supercomputadoras llamadas smartphones y usamos a diario apps de bancos y billeteras digitales… pero la mayoría de estas aplicaciones solo sirven para mover dinero, no para ayudarnos a gestionarlo de manera inteligente.


El costo invisible de la falta de educación financiera


Cuando un usuario gasta sin control, entra en deuda y paga intereses que parecen sostener al sistema financiero, pero que en realidad lo desgastan.


Un cliente ahogado en deudas deja de consumir, frena la economía y pone en riesgo la sostenibilidad del ecosistema financiero a largo plazo. El sistema debería priorizar la salud financiera de las personas, porque un cliente educado y tranquilo es un cliente que sigue comprando, invirtiendo y aportando al flujo económico.


La oportunidad: apps bancarias como coaches financieros


Propongo un cambio de paradigma: que los bancos y wallets se conviertan en aliados activos en la educación y planificación financiera de sus usuarios. Se que ya existen algunos bancos que ya hacen esto en el mundo, pero creo que es algo que debería tenerse en todas las apps y wallets bancarias. 


La funcionalidad clave sería un manejador de gastos inteligente, con estas características:


  • Clasificación automática de gastos mediante IA.

  • Comparación en tiempo real contra un presupuesto definido por el usuario.

  • Alertas tempranas al acercarse a umbrales de gasto.

  • Notificaciones preventivas cuando se exceda en alguna categoría.


Más allá de la tecnología, lo que esto crea es un sentimiento de seguridad y control en el usuario. Y esa paz mental es el primer paso hacia una mejor educación financiera.


La empresa más importante: nuestras finanzas familiares


En el fondo, todos somos CEOs de la empresa más importante que gestionaremos en nuestra vida: nuestras finanzas familiares.


Un buen presupuesto no solo evita deudas innecesarias, también educa en el valor de planificar, ahorrar y tener resiliencia económica. Y cuando millones de usuarios aprenden a gestionar mejor su dinero, se fortalece todo el ecosistema financiero.


Conclusión


Las apps financieras no deberían limitarse a ser pasaportes para transacciones. Pueden y deben ser compañeros de viaje en la construcción de bienestar financiero.


Porque un usuario informado, tranquilo y empoderado financieramente no solo vive mejor: también ayuda a que el sistema financiero fluya con mayor sostenibilidad.


La verdadera innovación en fintech no será solo tecnológica, sino humana: transformar la relación con el dinero de millones de personas.


🔗 ¿Qué opinas? ¿Las apps bancarias y billeteras digitales deberían ir más allá de las transacciones y convertirse en coaches financieros para sus usuarios?


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